martes, 8 de julio de 2008

El pariente


Pedrito está feliz. Su novia llegó. Muy hermosa. Más que cuando se fue.Se aman. Es muy hermoso lo que siente Pedrito. Sigue conociendo cosas nuevas de su novia y le gustan. Le gusta conversar con ella. Desde el amanecer,-Pedrito ya vive con su novia-,mientras saborean el primer café y escuchan los pajaritos están conversando. Pedrito de espaldas a la ventana del salón. Su novia frente a él y a la ventana. Unidos por sus manos, ella le habla de su infancia. De sus padres y sus abuelos. De vez en cuando, le acaricia la cabeza, y Pedrito siente mariposas en la barriga y los pelos de todo el cuerpo se le ponen de punta. Una bisabuela, mulata, nació esclava en una hacienda entre Bayamo y las Tunas. Y dice que su espíritu no la abandona. Por eso es que se levanta muchas veces por las mañanas con sabor a tabaco. Le habló, en silencio casi, de Rosa la Gitana. Casi nadie sabe de ella. Es como un secreto. Y de su muñeca. Todo lo que le contó esa mañana tiene un halo de misterio y espiritualidad. Pedrito piensa que por la noche se tapará con las sábanas y se pegará a su novia.

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