martes, 8 de julio de 2008

La biblia


Pedrito tiene pensado viajar. Muy cerca. En la provincia de La Habana. Quiere ir Madruga, recorrer el río Majagua, visitar Aguacate. De esa forma respirará y se creerá un poco más libre. Le gustaría viajar un poco más. Conocer su país. Pedrito se siente cubano y ha leído su historia desde los taínos hasta la actualidad. Le gustaría que cambiasen algunas cosas de su país. Muchas. Otras, no. Y así siempre se lo dijo siempre a sus padres. A su abuelo también. Hablar con su abuelo tiene para Pedrito el mismo rango que hablar con Fidel antes o con Raúl ahora. Aunque Pedrito disiente de su abuelo y le ha dicho con firmeza y tenacidad, sin alzar la voz, que una persona no puede estar presa por pensar diferente. El abuelo calla cuando no sabe o no tiene argumentos. Pero el abuelo escucha y eso es mucho para Pedrito. Su abuelo es de Madruga. Y Pedrito conoce todos los rincones por su abuelo. Le gusta el campo, al igual que la playa. Existen parajes muy hermosos para pasar unos días con su novia. Pedrito irá antes para cuadrar. Visitará a su familia y escuchará de nuevo historias de cuando su abuelo era pequeño. El abuelo de su abuelo era gallego. (Casi todos los ascendientes de los cubanos eran gallegos o africanos. Casi todos pues existen algunos descendientes de franceses o ingleses.) Y probará de nuevo el tamal en cazuela hecho por su tía Ruska. Y queso con miel en la merienda.

1 comentario:

Sintagma in Blue dijo...

Leerte es como saborear esa tierra lejana una vez más...