F.- Quieres casarte conmigo?
S.- No lo sé. Quizás...
F.- No lo sabes?
S.- No. No lo sé.
F.- Por qué?
S.- Si me caso contigo. Puede que haya días que no quiera verte y no estar contigo. Aunque te quiera y ame. Y casarme significaría obligación. Y no entiendo de obligación, sí de voluntad.
F.- No has pensado que podemos tener hijos?
S.- Sí. Lo he pensado.
F.- Y no te gusta la idea?
S.- No lo sé.
F.- No sabes nada?
S.- Sí, sé que los niños, incluso tú, os convertireis en espías involuntarios, en testigos de mi vida, de mis horarios, de mis olores, de mis costumbres. Y desconozco si tengo voluntad de aceptarlo.
F.- Tú no espías, no eres testigo de nadie? S.- Sí, supongo que sí. Todas las mañanas observo a una mujer con un perrito pasear en el parque de enfrente y a un señor desayunar en el banco que está cerca del quisco de prensa de la esquina.
F.- Y no me espías a mí?
S.- A ti te amo._________________
1 comentario:
Un final muy profundo. Muy interesante.
Besos in blue
Publicar un comentario